APORTE DE LA EDUCACIÓN AL CRECIMIENTO ECONÓMICO NACIONAL




     En informe reciente divulgado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se establece, básicamente, que el futuro de América Latina depende de lo que pase en sus centros educativos.  Esto cobra importancia en la medida en que se piensa sobre la enorme brecha entre los estudiantes latinoamericanos y los de Asia, donde, por ejemplo, en un ranking educativo mundial,  en el que se compara el desempeño de estudiantes de secundaria en matemáticas y ciencia, Singapur ocupa el puesto número uno en excelencia, Hong Kong el segundo, Corea del Sur el tercero, Japón y Taiwán comparten el cuarto, mientras que América Latina mantiene posiciones como las cuarenta y ocho, cincuenta y tres, setenta y cuatro, entre otras.

     Dicho informe vincula la educación en cada país con el futuro de su economía. En este sentido, cabe preguntar: ¿cuál sería el crecimiento de la economía de Venezuela, México, Argentina o Colombia si sus estudiantes llegaran a un nivel óptimo de competencia en matemáticas y ciencias? Dar respuesta a esto implicaría pensar que las falencias en el sector educativo, en sus procesos y productos, en sus entradas y salidas, según la teoría de sistemas, no solo cuestan oportunidades y futuro a millones de adolescentes latinoamericanos, también determina el futuro de la economía de países enteros.

     Bajo tales consideraciones, el mencionado informe permite que de él se extraigan cinco lecciones para los países de la región: la mala educación de un país hipoteca su economía; la educación de calidad y el petróleo no se mezclan; lo que importa es la calidad de la educación; el alto ingreso de un país no protege contra la mala educación; los valores son fundamentales en el campo educativo.

     En este orden de ideas, por ejemplo, si todos los adolescentes en México acudieran a la secundaria y lograran un nivel básico en matemáticas y ciencia, el Producto Interno Bruto de ese país sería, en 80 años, 551% mayor que el actual. Si sucediera en Argentina, sería 693% mayor; si fuera en Honduras, 2016%. Esto implica, por tanto, que los cambios en educación representan mejoras sustanciales en el bienestar de toda la población.

     Con este norte, la educación obligatoria y universal, en cuanto principio, es apenas el primer paso, pues lo fundamental, la actividad crucial, es establecer qué tipo de habilidades cognitivas se transmiten en la praxis educativa, enmarcadas en un proyecto nacional que no esté al margen de las dinámicas propias de un mundo globalizado.

     Esto no se trata solo de la asistencia a clases, ya que se puede asistir mucho sin aprender significativamente. Esta idea hace que, en la actualidad, se haya redimensionado el concepto de “analfabetismo”, acuñándose términos como el de “analfabeta funcional”.  Esto, pues en el mundo actual ya no resulta suficiente saber leer y escribir; antes bien, debe tenerse la capacidad de comprender y usar con reflexión crítica la información, sin descontar las aptitudes para razonar con conceptos matemáticos y llegar a conclusiones basadas en la evidencia. Por ello es que un nivel básico de matemáticas y ciencia es imprescindible en cuanto base para un aprendizaje más profundo y una mejor habilidad de interactuar con otros a nivel de ideas y conceptos.

     En relación con lo anterior, uno de los factores más importantes es mejorar el nivel y habilidad de los profesores. Así, las instituciones educativas deben reconocer y premiar a los maestros más efectivos y asegurarse de que aquellos menos efectivos reciban ayuda para mejorar o hagan otros trabajos donde no tengan una influencia negativa sobre los niños y adolescentes. Brasil, por ejemplo, ha logrado ir optimizando su desempeño en matemáticas; hecho que puede ser atribuido a iniciativas de mejorar el salario y formación de los profesores.

     Otro punto interesante es el referido a los valores. El carácter axiológico es importante. Los países que lideran las mediciones mundiales en el sector educativo, tienen por ciudadanos a personas que valoran la educación por encima de otras cosas. En China, los padres y abuelos, por ejemplo, invierten hasta sus últimos recursos en la educación de sus hijos y nietos. Esto no implica discriminación, ya que se tiene en dichos países la idea generalizada de que todos los niños pueden alcanzar un buen nivel, sin excusas, en base a su potencial, no dependiendo de hogares privilegiados para poder hacerlo.

     En función de lo anterior, si los países latinoamericanos no mejoran su educación se verán más y más lejos del bienestar económico en otras regiones. Esto, en la medida en que el mundo está cada vez más integrado, volviéndose más competitivo en términos de interacciones económicas. Por tanto, si América Latina quiere competir y desarrollarse, debe mejorar las habilidades y destrezas de su población.
Posted on 11:10 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »

LAS CRUZADAS DESDE LA ÓPTICA ÁRABE: OTRO PUNTO DE VISTA DE LA HISTORIA




     Las Cruzadas vistas por los árabes es el libro de Amin Maalouf que brinda otra visión, otra mirada, otro relato, de esos dos siglos que condicionaron en gran medida la esencia de Occidente y Oriente Medio. El mismo recopila el enfoque que, desde el mundo árabe de la época, se dio a las Cruzadas. Así, toma en consideración el periodo que va desde la caída de Jerusalén en 1099 hasta la toma de Acre en 1291.

     Gracias a este texto, se entiende que los árabes no se referían a tales sucesos como “cruzadas”; antes bien, lo hacían como “guerras” y/o “invasiones francas”. Ello, pues generalmente nombraban a los occidentales como “frany”.

     Ahora bien, todo en el libro de Maalouf tiene por objetivo permitir al lector un conjunto importante de referencias para explorar esa otra mirada del fenómeno histórico mencionado. De esta manera, figuran obras de historiadores y cronistas árabes que narran las invasiones francas, textos de historia medieval y musulmana, y relatos parciales de las Cruzadas.

     En este sentido, perlas de información son, por ejemplo, el hecho de que, tras salir de Valencia, en la España musulmana, Ibn Yubayr efectuó un viaje a Oriente Medio hacia 1182. De ahí que llegó a plasmar sus observaciones en un libro, disponible en francés y, lógicamente, en árabe. También Ibn al-Qalanisi (1073-1160), quien nació y murió en Damasco, ocupando altos cargos administrativos, fue autor de una crónica cuyo texto original solo está disponible en una edición de setecientos años después, de 1908.

     Curioso es lo referente q los relatos sobre actos de canibalismo cometidos por los “frany” en Maarat, hacia 1098. Las narraciones en el mundo árabe sobre este hecho son numerosas. Incluso lo relatan algunos historiadores occidentales. Tal es el caso de la Histoire des Croisades, de Micheaud, de principios del siglo XIX. No obstante, ya para el siglo XX, en Occidente los libros no mencionan este espeluznante episodio.

     También, sobre la secta de los Asesinos, tan famosa como famosos son los templarios, se brinda un dato importante para el curioso: el libro de Hodgson, The order of Assassins, publicado en 1955.

     Además, se da la oportunidad de conocer que el hospital de Damasco, fundado en 1154, siguió funcionando hasta 1899, cuando fue convertido en escuela. No solo ello: durante las Cruzadas hubo violentos terremotos que devastaron Siria, siendo el más relevante el acaecido en 1157. Como otro dato curioso, se explica en el libro de Maalouf que, entre orientales, árabes, armenios, la barba es un signo de virilidad; por lo que al ver éstos los rostros lampiños de los francos las burlas no se dejaban esperar.

     Igual destaca el que al-Kamel, suerte de “virrey” de Egipto, recibiera en 1219 a San Francisco de Asís, quien llevaba la vana esperanza de restablecer la paz.

     En resumen, si bien el libro de Amin Maalouf no es un texto reciente (1983), es, al menos en mi biblioteca, un libro esencial. Lo recomiendo.
Posted on 11:08 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »

EL LIBRO MÁS CONSULTADO DE LA ONU




     Recientemente, la Organización de Naciones Unidas reveló, quizá por error, quizá no, cuál es el libro más consultado de su biblioteca. Este hecho no deduce nada extraordinario, a no ser porque esclarece bastante sobre lo mal que está el poder y su uso en el mundo. Esto, pues se trata de un texto consultado por funcionarios y personal de confianza y jefes de Estado, con ánimo de, se conjetura, en plena biblioteca de la ONU, buscar una forma de mantener su estatus privilegiado.

     En resumen, se trata de un libro cuyo tema es la inmunidad para jefes de Estado en crímenes internacionales. La ficha, en la biblioteca de Naciones Unidas, es la siguiente:

Title: Immunity of heads of state and state officials for international crimes / by Ramona Pedretti.
Imprint: Leiden; Boston : Brill Nijhoff, 2015
Description: xix, 488 p.
Author / Contributors: Pedretti, Ramona
Series Statement: Developments in international law, 0924-5332; v. 69
Series Title: Developments in international law
Notes: Based on author's thesis (doctoral - University of Lucern), 2013.
Includes bibliographical references (pages 439-462) and index.
Contents: The immunity of heads of state and other state officials as rules of customary international law -- Immunity of heads of state and other state officials from the criminal jurisdiction of a foreign state -- Immunity of heads of state and other state officials from international or internationalised criminal jurisdiction -- Interdependency between immunity from criminal jurisdiction of a foreign state and immunity from international criminal jurisdiction -- Conclusion on immunity of heads of state and other state officials under contemporary customary international law -- Ultra vires action and individual criminal responsibility -- The principle of universal jurisdiction and the obligation aut dedere aut judicare -- The character of jus cogens norms and the international ordre public -- Conclusion on the relationship between principles relating to crimes pursuant to international law and immunity of -- heads of state and other state officials.
Subjects: INTERNATIONAL LAW* CRIMINAL LIABILITY* LEGAL STATUS* HEADS OF STATE* PRIVILEGES AND IMMUNITIES*
ISBN:           9789004287761 (hardback : alk. paper)

     Un libro interesante, más si quien lo lee es, en secreto o públicamente, un funcionario público que ha incurrido en crímenes internacionales.

     La biblioteca se conoce como la Dag Hammarskjöld Library, denominada así por el Secretario General fallecido en 1961. Es usada, generalmente, por delegados y staff de la ONU. Su fuerte de contenidos refiere a publicaciones de Naciones Unidas, leyes internacionales, economía y política. 

     El libro en cuestión no es un documento de la ONU: es una tesis doctoral de la Universidad de Lucerna, cuya autoría es de Ramona Pedretti. La autora, en general, explica, hay dos formas de inmunidad en el derecho internacional, donde los jefes de Estado se pueden beneficiar. "La inmunidad ratione personae impide que Jefes de Estado en ejercicio sean sometidos a la jurisdicción penal extranjera", escribe Pedretti. "Por el contrario, la inmunidad ratione materiae protege actos oficiales, es decir, los actos realizados con carácter oficial en nombre del Estado, del escrutinio por tribunales extranjeros." Así, se llega a la conclusión de que la inmunidad ratione personae es absoluta. Básicamente, Pedretti argumenta que los jefes de Estado en ejercicio no pueden ser acusados ​​y juzgados por un tribunal extranjero. Esto implica, por ejemplo, que, fuera de la Corte Penal Internacional (un tribunal permanente basado en un tratado), en los Estados Unidos no se puede acusar a, digamos, Robert Mugabe.

     En resumen, el libro de Pedretti toca una materia sutil e interesante, y quizá sí ha sido consultado por personas que creen poder, en algún momento, ser llevados a La Haya.
Posted on 11:04 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »

A PROPÓSITO DE RICARDO PIGLIA




     Mi admiración por el escritor argentino Ricardo Piglia inició en mi época de estudiante universitario. Entonces estudiaba para optar al título de Licenciado en Letras. En ese momento había descubierto, o, al menos, fui el primero en publicar el hallazgo, ciertas correspondencias entre el filósofo ucraniano E. M. Cioran y el intelectual venezolano Ben Ami Fihman en la novela Respiración Artificial de Piglia. El artículo dio pie a que aprobara con la calificación máxima de veinte puntos la materia Literatura Comparada, que el diario El Nacional me hiciera y publicara una breve entrevista, que Rafael Arraiz Lucca me mencionara en uno de sus artículos, que el mismo Ben Ami Fihman me enviara un correo electrónico. Posteriormente, incluso, escribí una Vindicación del Plagio a partir del texto de Piglia.

     Ricardo Piglia es para mí un escritor fundamental. Por ello me fue dificultoso entender –sin llegar a hacerlo- cómo uno de los intelectuales más importantes de la actualidad era sujeto del siguiente titular de prensa: “Ricardo Piglia, enfermo de ELA, batalla con su seguro por tener medicinas”. Incluso, hace pocas semanas, hubo una campaña a través de la web Change.org para lograr activar mecanismos que le permitieran hacer frente a esta situación.

     No se me ocurre mejor forma de recordar todo lo que Piglia significa que traer nuevamente a colación el artículo “E. M. Cioran y Ben Ami Fihman: correspondencias en Respiración artificial”.

2016

* * *

     Enero, 1979; París comenzaba en la rue de L’Odeon para adquirir, más que nunca, emboque de agudeza y reflexión, de máxima y aforismo, de postura. Nada impide imaginar que el venezolano Ben Ami Fihman, acompañado del fotógrafo Jesse Fernández, terminó de abandonar las escaleras que lo habían conducido al apartamento del pensador rumano Emil Michel Cioran con la sentencia: un fracasado es “un hombre que no tiene quizás todos los dones, pero sí muchos y no los explota”. 1980; una madrugada propicia a las confidencias, el joven escritor argentino Emilio Renzi escucha de labios de Tardewski, polaco escéptico, mientras caminan por las calles de Concordia, Provincia de Entre Ríos, Argentina, que un fracasado “es un hombre que no tiene quizás todos los dones, pero sí muchos (...) y no los explota”. La sensación de paradoja queda extirpada cuando comprendemos que Piglia escribe Respiración artificial como una refundación de columnas, de soportes encontrados en los anaqueles, allí donde se desenvuelven los materiales intelectuales ajenos. No implica una versión contemporánea del palacio doblemente soñado, primero por Kublai Khan y, siglos después, por Coleridge. Sí, en cambio, una prueba material de aquello que Borges llegó a percibir como patrimonio en El escritor argentino y la tradición, susceptible de ser resumido por un único sustantivo: el universo. Es de entender. Con el dominio heredado de sus ascendientes, el escritor nutre, sin devoción, cada una de sus construcciones y piensa que toda literatura ha de adquirir capacidad de fagocito, ha de ser —a veces resulta inevitable recurrir a Perogrullo— literatura a base de toda literatura. Lejos, sin embargo, la vía de la asimilación parasitaria; el escritor, a fuerza de transformar, destruye en pro de una obra previamente planeada.

     La conjetura es lícita. Hacia la segunda mitad de 1979 Piglia debió de tener en sus manos un ejemplar del número doscientos once de la hoy desaparecida revista Eco. Escribía entonces una novela en la que, por destreza consciente, habrían de permanecer múltiples referencias culturales cuyo fin mayor postularía el asedio de posibilidades y componentes históricos, manteniendo una disposición en serie, recreadora de las descomposiciones que sufre toda circulación cultural, toda idea. Con la modalidad del relato que interrumpe el desarrollo cronológico y lineal de los eventos para retroceder a sucesos ocurridos en un tiempo anterior, con ayuda de la retrospección, Piglia inserta en Respiración artificial, alterando detalles no sustanciales y propiciando que Tardewski se las refiera a Emilio Renzi, dos experiencias que Cioran le relató a Fihman. (La experiencia, aquí, no deviene de lo imaginario ni de los intersticios de la realidad. Aparece con la lectura para mantenerse como sólo los rumores logran hacerlo: con la repetición, de texto en texto. Ya Foucault insistió que es menos propicio al acto de soñar el cerrar los ojos que el leer.) Son de nombrar. La del saboteador de ímpetus ajenos que escamotea en Cioran-Tardewski cierta sensación de belleza suscitada por una mujer, al hacer que ésta sea blanco de la irrupción, en un caso, de un barro infame detrás de la oreja, y, en otro, de una verruga, que por ser verruga no resulta menos inicua:

Un día estábamos juntos y nos presentan a una mujer que me entusiasma, que me gusta muchísimo. Al observar esto me dice: ¡Ah pero no ha mirado usted su oreja derecha? Le respondo: Está usted loco, no me interesa. —Pero ande, fíjese. Mire. Al final me las arreglo para ver lo que tenía detrás de la oreja. Tenía un barro infame, en fin, un barro. Todo se derrumbó. El tipo era el demonio. Su función era sabotear los ímpetus de los demás. Era un gran conocedor de hombres. (Entrevista con Cioran.)

Una noche, me dice Tardewski, estábamos juntos y nos presentan a una mujer que me entusiasma, que me gusta muchísimo. Al observar esto me dice: Ah, ¿cómo?, ¿es que no le ha mirado usted la oreja derecha? ¿La oreja derecha? Le contesto: Está usted loco, no me interesa. Pero vamos, fíjese, me dijo, cuenta Tardewski. Fíjese. Mire. Al final me las arreglo para ver lo que tenía detrás de la oreja. Tenía una verruga infame, en fin, una verruga. Todo se derrumbó. Una verruga. ¿Se da cuenta? El tipo era el demonio. Su función era sabotear el ímpetu de los demás. Era un gran conocedor de los hombres. (Respiración artificial);

y la de la mujer terriblemente fea que escribe cartas a Cioran-Marconi y que posee una sensibilidad tan extraordinaria de la vida.

     Las similitudes en la sintaxis no se dejan esperar. Es más, reaparecen:

Me interesé por mucha gente así, que sabía ver el otro lado de las cosas. Tenían un encanto demoníaco. Porque ejercían la verdadera función del conocimiento, que es destructora. (Entrevista con Cioran.)

Me interesé mucho por gente así, en los años de mi juventud. Tenían para mí un encanto demoníaco. Estaba convencido de que esos individuos eran los que ejercían, dijo, la verdadera función del conocimiento que siempre es destructiva. (Respiración artificial.)

     Las concordancias son múltiples y continúan. Sin embargo, respecto a la segunda experiencia, el final en Respiración Artificial no es el mismo que recuerda el filósofo rumano. Según lo que recoge Fihman de Cioran y Tardewski de Marconi, sabemos: como intelectuales atraen a los muy jóvenes, a los ancianos y a las mujeres. En determinado momento de sus vidas recibieron consecuentes cartas de una mujer. Eran textos “delirantes”, para Cioran, y “excepcionales”, para Marconi. Un día de tantos, los dos intelectuales —uno bajo el influjo de la música húngara y otro bajo el opio de Beethoven— deciden verla. Sus razones son válidas en cuanto a reflejos análogos de una misma miseria: la necesidad de reconocimiento.

Me visto, me pongo una corbata. Estaba en tal estado que necesitaba a alguien que me dijera: usted es el más grande, el mejor. Momentos de debilidad, en todo el sentido de la palabra (Entrevista con Cioran).

Me cambio de ropa, me pongo un traje, una corbata, contaba Marconi. Estaba en un estado de ánimo tan particular que necesitaba que esa mujer y ninguna otra me dijera: Usted es el más grande, es el mejor, no hay otro poeta como usted. Momentos de debilidad que uno tiene, dijo Marconi (Respiración artificial).

     Ambas referencias emplean idéntica coordinación para anunciar el encuentro: “Abro y al abrir...”. A partir de aquí el monstruo femenino que eleva su inteligencia a despecho de la fealdad se hace dos. La mujer que conversó con Cioran le contó su vida a éste. Ahí culmina el episodio. Marconi, en contraste, conversa con la mujer, de la que sobresale su vida, su inclinación a la literatura. La historia prosigue más allá del referente, pues participa de principio, nudo y fin. Tal la labor del escritor: ejecutar la historia, no la anécdota o la sola idea, que no tiene desenlace.

     El relato es el resultado de la organización y manipulación de la historia. Es su eco parcial, no su copia. Piglia, suerte de Pierre Menard, muestra así una novela de sólida postura teórico-literaria en la que se borran fronteras para acceder a la puesta de un montaje narrativo, donde ha sido necesario captar distintas formas posibles de ficción. Innegable: esta observación ya es lugar común en la teoría literaria de Piglia e innumerables veces ha sido reafirmada por la crítica.

     Crítica que, al parecer, aún no ha añadido al archivo de referencias textuales de Respiración artificial la del venezolano Ben Ami Fihman.

2005

Posted on 11:01 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »