LIBROS, ARTE, CULTURA E INQUISICIÓN EN NUEVA ESPAÑA (II)
Esta preocupación por los contenidos intelectuales –visuales e impresos- que entraban en Nueva España está presente desde el establecimiento de la Inquisición en América hasta su extinción –aunque, como se verá, los móviles e intereses varían en los años que preceden su desaparición.
En 1609 Felipe III solicitaba:
“Ya que los piratas herejes, con ocasión de tomas y rescates tienen ciertos contactos en los puertos de las Indias, muy peligrosos para la pureza con la que nuestros vasallos creen en la Santa Fe Católica y la mantienen, debido a los libros herejes y a proposiciones que extienden entre las poblaciones ignorantes, ordenamos a los gobernadores y tribunales, rogamos a los arzobispos y obispos de las Indias, que se cuiden de retirar los libros introducidos o que los herejes pudieran haber introducido o introduzcan en esas regiones.”
En 1713 Felipe V declaraba:
“Puesto que importa la pureza de nuestra religión católica que no se ponga ninguna traba al libre ejercicio de los poderes del Santo Tribunal de la Inquisición, tan caro a la Santa Sede y a mis antepasados los Reyes; puesto que importa que los ministros del Santo Oficio puedan visitar los navíos que llegan a los puertos de mis dominios para impedir la llegada de todo libro que fuere contrario a la pureza de nuestra Santa fe, ordeno por la presente a mis virreyes de Perú y de Nueva España, a mis gobernadores y a otros miembros de la Justicia real, y ruego a los arzobispos y obispos de esos territorios, que no pongan ningún impedimento bajo pretexto alguno a las visitas que los ministros del Santo Tribunal de la Inquisición harán a los navíos que lleguen a nuestros puertos. Muy al contrario, que los ayuden con su autoridad, dándoles, en caso de necesidad, su apoyo y toda la ayuda que puedan pedirles. Esto va en interés del servicio de Dios y en el mío.”
Lo que no implica, necesariamente, el castramiento de la cultura por la Inquisición. Todo, libros, ideas, imágenes, a pesar de las prohibiciones y cuidados, entraba y salía. La Inquisición veló por la ortodoxia; a su lado aparece la apertura de la Universidad, de la que Bernal Díaz del Castillo llegó a ponderar escribiendo: “Hay Colegio Universal, donde se estudia y aprenden gramática y teología y retórica y lógica y filosofía y otras artes y estudios, y hay moldes y maestros de imprimir libros, así en latín como en romance”, así mismo se mantiene la alta producción libraria, que para algunos declara sin lugar a dudas que “toda interpretación oscurantista del concepto de la vida y del Estado que España aportó a las Indias se estrella contra la historia de la imprenta en el nuevo continente. A los dieciocho años cuando más del fin del imperio azteca, funciona ya en México la primera imprenta del Nuevo Mundo.”
En 1609 Felipe III solicitaba:
“Ya que los piratas herejes, con ocasión de tomas y rescates tienen ciertos contactos en los puertos de las Indias, muy peligrosos para la pureza con la que nuestros vasallos creen en la Santa Fe Católica y la mantienen, debido a los libros herejes y a proposiciones que extienden entre las poblaciones ignorantes, ordenamos a los gobernadores y tribunales, rogamos a los arzobispos y obispos de las Indias, que se cuiden de retirar los libros introducidos o que los herejes pudieran haber introducido o introduzcan en esas regiones.”
En 1713 Felipe V declaraba:
“Puesto que importa la pureza de nuestra religión católica que no se ponga ninguna traba al libre ejercicio de los poderes del Santo Tribunal de la Inquisición, tan caro a la Santa Sede y a mis antepasados los Reyes; puesto que importa que los ministros del Santo Oficio puedan visitar los navíos que llegan a los puertos de mis dominios para impedir la llegada de todo libro que fuere contrario a la pureza de nuestra Santa fe, ordeno por la presente a mis virreyes de Perú y de Nueva España, a mis gobernadores y a otros miembros de la Justicia real, y ruego a los arzobispos y obispos de esos territorios, que no pongan ningún impedimento bajo pretexto alguno a las visitas que los ministros del Santo Tribunal de la Inquisición harán a los navíos que lleguen a nuestros puertos. Muy al contrario, que los ayuden con su autoridad, dándoles, en caso de necesidad, su apoyo y toda la ayuda que puedan pedirles. Esto va en interés del servicio de Dios y en el mío.”
Lo que no implica, necesariamente, el castramiento de la cultura por la Inquisición. Todo, libros, ideas, imágenes, a pesar de las prohibiciones y cuidados, entraba y salía. La Inquisición veló por la ortodoxia; a su lado aparece la apertura de la Universidad, de la que Bernal Díaz del Castillo llegó a ponderar escribiendo: “Hay Colegio Universal, donde se estudia y aprenden gramática y teología y retórica y lógica y filosofía y otras artes y estudios, y hay moldes y maestros de imprimir libros, así en latín como en romance”, así mismo se mantiene la alta producción libraria, que para algunos declara sin lugar a dudas que “toda interpretación oscurantista del concepto de la vida y del Estado que España aportó a las Indias se estrella contra la historia de la imprenta en el nuevo continente. A los dieciocho años cuando más del fin del imperio azteca, funciona ya en México la primera imprenta del Nuevo Mundo.”
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