BENEDICTO XVI LLEGA A ESTADOS UNIDOS
Fotografía del Osservatore Romano. Más allá de la excelente composición (ventanillas alineadas, fondo blanco, suelo rojo, luz reflejada, horizontalidad grata, la mano del XVI al trasluz de una de los rectángulos), esta imagen muestra una llegada, una postura, un hombre condenado a la teatralidad; la misma teatralidad a la que está condenado el fotógrafo. En fin: banalidad pura.
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