PESADILLA DIURNA


Es el busto blanco sobre el anaquel
(bajo Shaw; con Poe) perverso espejo
del alma incierta y de la miel que dejo
en esta tarde y en mi yo solo y sin Él.

El tedio tan cercano a la tristeza
hoy me abandona a un lado del camino.
Quedo allí, con el ausente destino,
lleno de soledad y de pereza.

Ya supremo en el ámbito intermedio,
me transformo en un objeto. Aquí quedo,
pues no me sé. Dios y hombre y piedra y miedo
y golpe y sangre y mal y luna y tedio.

Avanzo. Cada trozo del pasado,
cada vivida parcela, cada bicho
que acosa a la memoria, cada dicho
que forja virtud de lo condenado,

me regala el horror que me conduce:
huir de todo y del tiempo que reduce.

Cargada de insomnio la pesadilla
regresa y me sujeta sin ser mía.
El verso soy yo y la hoja es la camilla.
Dime, ¿poema o epitafio o elegía?
Posted on 9:28 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »

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