¡Qué vergüenza!: Niños palestinos obligados a tocar y cantar para genocidas sionistas
Khalid Amayreh para Palestine Think Tank /
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Es verdaderamente duro escribir sobre este asunto sin que uno se indigne. Todos sabemos hasta dónde Israel puede llegar a ser perverso y satánico. Después de todo, nosotros, los palestinos, llevamos décadas siendo los receptáculos de las salvajadas israelíes.
De hecho, estar siendo atormentados y asesinados hasta limites indecibles por los hijos, nietos y bisnietos del holocausto ha sido siempre, y continúa siendo, “la” forma de vida de los palestinos.
Sin embargo, que algunos palestinos permitan que les embauquen para cantar y tocar música antes los opresores y asesinos de sus hijos es sencillamente algo que la dignidad humana no puede tolerar.
Como poco, fue insultante y humillante que algunos judíos se vieran obligados o embaucados para tocar música ante los soldados de las SS, la GESTAPO y la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial. En ambos casos, el acto tenía como objetivo humillar a las víctimas y arrebatarles los últimos vestigios de dignidad humana. Y ahora, los judíos, en Israel, están haciendo lo mismo con los palestinos, las víctimas indirectas del nazismo.La semana pasada, se llevaron hasta Tel Aviv a unos cuantos niños inocentes del campo de refugiados de Yenin para “animar y tomar parte en actividades de promoción de la paz”. Sin embargo, una vez allí, los niños fueron llevados sin ceremonia alguna a una recepción donde les hicieron tocar y cantar para los “supervivientes del holocausto”, algunos de ellos ex miembros de las bandas terroristas de la Hagana e Irgun que tomaron parte en la limpieza étnica de Palestina y en la expulsión de los palestinos de su patria.
Sólo Dios sabe cuánta sangre palestina hicieron correr esos supuestos “supervivientes del holocausto” en 1948 y en los años subsiguientes. Desde luego, Dir Yasin, Tantura, Dawaymeh y otras numerosas masacres no fueron cometidas por OVNIS. Fueron cometidas a sangre fría por esos mismos personajes ante quienes han llevado ahora a nuestros niños para que les distraigan.¡
Es como para morirse de vergüenza miles de veces!Se instruyó a algunos de esos niños inocentes para que pronunciaran palabras que jamás habrían pronunciado las víctimas del sionismo. Pero, al parecer, los niños sentían que tenían que decir algo que les habían pedido que dijeran para mostrar su gratitud ante el “contratista judío de la paz” que les había sacado del ghetto, conocido también como campo de refugiados de Yenin, aunque sólo fuera para una escapada de seis horas en Tel Aviv. No estoy en contra de mostrar una auténtica simpatía con las víctimas del holocausto. Sin embargo, una simpatía que se manipula para justificar, racionalizar o incluso para atenuar el crimen contra la humanidad que es Israel es peor que un crimen si se utiliza tan sólo para fomentar y perpetuar la opresión.Como seres humanos, nosotros, los palestinos, simpatizamos con todas las víctimas del nazismo, del estalinismo y del imperialismo, con los llorados, los muy llorados y los no llorados, que constituyen la inmensa mayoría de las víctimas.
Sin embargo, dicho esto, creo firmemente que ninguna persona honesta bajo el sol tiene ni el más mínimo derecho a pedir que paguemos el precio de lo que los nazis hicieron o puedan haber hecho a los judíos europeos hace setenta años. No fuimos nosotros quienes enviamos a los judíos a los hornos. Fueron los alemanes. No matamos de hambre a los judíos como los judíos están haciendo con nosotros en la Franja de Gaza. No incineramos a los judíos en las cámaras de gas como los judíos han incinerado recientemente a los niños palestinos con fósforo blanco.
Por consiguiente, de entre todos los pueblos de este mundo, a los palestinos jamás se les puede hacer sentir culpables por lo que los nazis y otros europeos hicieron con los judíos. Digo esto porque un sentimiento de culpa, aunque sea un atisbo de culpa, por nuestra parte, sería interpretado o malinterpretado como una reivindicación del sionismo, el nazismo de nuestra época.
Hay más razones que hacen que la más reciente e insensible manipulación del sufrimiento palestino sea algo alarmante y deshonroso. En primer lugar, casi todos los jóvenes músicos que fueron llevados a Tel Aviv provenían del campo de refugiados de Yenin. Para aquellos que lo hayan olvidado, ese es el mismísimo campo de refugiados que los tanques israelíes pulverizaron en 2002.
Según testigos oculares, los tanques y bulldozer israelíes destruyeron las casas encima de los civiles inocentes, incluidos los minusválidos físicos, mientras docenas de civiles inocentes eran sistemáticamente masacrados, de la misma forma que lo fueron los judíos en el Ghetto de Varsovia. La masacre perpetrada en el campo fue tan atroz que Israel se negó a permitir que funcionarios de las Naciones Unidas accedieran al campo para inspeccionar lo ocurrido.
Bien, de nuevo la analogía con lo nazi es innegable. ¡¡Sólo tienen que imaginar que se hiciera cantar ante los soldados de las SS a los niños judíos supervivientes de Treblinka o Bergen Belsen!!
En segundo lugar, el desgraciado concierto en Tel Aviv se produjo casi inmediatamente después del genocida ataque israelí contra Gaza donde aviones de combate israelíes rociaron con fósforo blanco, otros misiles y bombas mortíferas, a los niños, mujeres y hombres del enclave costero mientras los judíos israelíes estaban alegremente celebrando la “victoria sobre Hamas” y los rabinos se preocupaban con clasificar a los gentiles en “niños de la luz” y “niños de las tinieblas”.
En Gaza, los judíos sionistas exhibieron su vergüenza ante los pueblos del mundo actuando como bárbaros primitivos y asesinos salvajes. De ahí la tremenda desvergüenza que supone enviar a unos niños palestinos a Tel Aviv para ayudar en los esfuerzos de la hasbara [*] de Israel en aras a encubrir el salvajismo pornográfico en Gaza.
Por último, es obvio que la Autoridad Palestina tiene mucho que ver en la responsabilidad de este infausto suceso. La AP nunca debería permitir los supuestos “intercambios culturales” y “normalización cultural” con los asesinos de nuestros niños, con un estado cuyos dirigentes y comandantes militares nos consideran un hatajo de “escoria, alimañas y animales” a los que hay que exterminar.
Desgraciadamente, la misma AP anima a algunos desmoralizados palestinos a querer congraciarse con Israel incluso de la forma más rastrera. Los frecuentes y cordiales encuentros e intercambio de besos entre Mahmoud Abbas y Ehud Olmert, el carnicero de Gaza, producen una impresión única, no sólo entre los niños del campo de refugiados de Yenin, sino también entre los televidentes de todo el mundo.
¡¡Quizá fue que la artillería y los aviones de combate israelíes rociaron de azúcar Gaza y no de fósforo blanco!!
Ese es probablemente el principal mensaje que los organizadores del tour Tel Aviv-Yenin querían comunicar a esos pobres niños que obviamente tuvieron que pasar el mal rato de tener que conocer a los asesinos de sus padres.
N. de la T.:[*] Hasbara, término hebreo que significa “esclarecimiento”. Según la utiliza el Estado judío, suele quedarse reducida a propaganda y manipulación informativa.
Shame on us!What will happen next? Will Palestinian kids be duped into playing music to Israeli pilots who exterminated Gaza children with White Phosphorus?
By Khalid Amayreh in Occupied East Jerusalem
29 March, 2009It is really hard to write on this subject without getting angry. We all know the extent to which Israel can be evil and satanic. After all, we Palestinians have been on the receiving end of Israeli savagery for decades.
In fact, being thoroughly tormented and killed by the children, grandchildren and great grandchildren of the holocaust has always been and continues to be “the” Palestinians’ way of life.
However, for some Palestinians to allow themselves to be duped to sing and play music to their oppressors and child-killers is simply beyond the pale of human dignity.
It is at least as insulting and humiliating as some Jews were forced or duped to play music to SS, Gestapo and Wehrmacht soldiers during the Second World War. In both cases, the act was meant to humiliate the victims and rob them of the last visages of human dignity.
And now, Jews in Israel are doing the same thing to Palestinians, Nazism’s vicarious victims.
Last week, a few innocent kids from the Jenin refugee camp were surreptiously taken to Tel Aviv to “cheer up and take part in peace-promoting activities.”
However, once there the kids were unceremoniously driven to a reception where they were made to play music and sing to “holocaust survivors,” some of them are former members of the Hagana and Irgun terrorist gangs who had taken part in the ethnic cleansing of Palestine and expulsion of Palestinians form their homeland.
God knows how much Palestinian blood did these so-called “holocaust survivors” shed in 1948 and subsequent years. Certainly, Deir Yasin, Tantura, Dawaymeh, and the numerous other massacres were not committed by UFOs. They were committed in cold blood by these very people our children are now cheering up.
Shame on us a thousand times!
Some of the kids were instructed to utter words that should never be uttered by the victims of Zionism. One of the participants reportedly dedicated a special song to Gilad Shalit, an Israeli soldier taken prisoner by Palestinian fighters in Gaza nearly three years ago. No mention, not even an allusion, was made of the estimated 10,000 Palestinian political and resistance prisoners languishing in Israeli dungeons and concentration camps.
But the kids apparently felt they had to say anything they were asked to say in order to show gratitude for the Jewish “peace contractor” who got them out of the ghetto, otherwise known as Jenin refugee camp, even for a six-our outing in Tel Aviv.
I am not against showing genuine sympathy with the victims of the holocaust. However, a sympathy that is manipulated to justify, rationalize or even extenuate the crime against humanity that is Israel is worse than a crime if only because it serves to promote and perpetuate oppression.
As human beings, we Palestinians do sympathize with all victims of Nazism, Stalinism and imperialism, the wept, the over-wept, and especially the unwept who constitute the vast majority of victims.
Having said that, however, I strongly believe that no honest person under the sun has the slightest right to demand that we pay the price for what the Nazis did or may have done to European Jews nearly 70 years ago.
We didn’t send Jews to the ovens. The Germans did. We didn’t starve Jews to death as Jews are doing to us today in the Gaza Strip.
We didn’t incinerate Jews in Gas chambers as Jews have recently incinerated Palestinian children with White Phosphorus.
Hence, of all people in this world, Palestinians must never be made to feel guilty for what the Nazis and other Europeans did to Jews. I say so because a feeling of guilt, even a modicum of guilt, on our part, would be construed or misconstrued as a vindication of Zionism, the Nazism of our time.
There are additional reasons that make the latest insensitive manipulation of Palestinian suffering especially ugly and dishonorable.
First, nearly all the young musicians who were taken to Tel Aviv came from the Jenin Refugee camp. For those who have forgotten, this is the very same refugee camp that Israeli tanks pulverized in 2002. According to eyewitnesses, Israeli tanks and bulldozers destroyed homes right on top of innocent civilians, including the physically handicapped, while dozens of innocent civilians were systematically massacred, very much like Jews were at Ghetto Warsaw. The massacre at the camp was so hideous that Israel refused to allow UN officials to access the camp to inspect what happened.
Well, again the Nazi analogy is inescapable. Just imagine surviving Jewish children from Treblinka or Bergen Belsen made to sing to SS soldiers!!
Second, the disgraceful concert in Tel Aviv comes on the heel of Israel’s genocidal assault in Gaza where Israeli warplanes showered the children, women and men of coastal enclave with White Phosphorus and other missiles and bombs of death while Israeli Jews were gleefully celebrating the “victory on Hamas” and Israeli rabbis preoccupied with classifying gentiles into “children of light” and “children of darkness.”
In Gaza, the Zionist Jews exposed their shame to all the people of the world by acting like primitive barbarians and murderous savages.
Hence, the utter shamefulness of sending Palestinian children to Tel Aviv to help Israel’s hasbara efforts whitewash Israel’s pornographic barbarianism in Gaza.
Finally, it is obvious that the PA bears much of the blame for this disgraceful event. The PA should never allow so called “cultural exchanges” and “cultural normalization” with the murderers of our children, the very state whose leaders and military commanders view us as “scum, vermin and animals” that ought to be exterminated.
Unfortunately, the PA itself encourages some demoralized Palestinians to endear themselves to Israel, even in the cheapest of manners.
The often cordial meetings and exchanging of kisses between Mahmoud Abbas and Ehud Olmert, the butcher of Gaza, leave one and only impression, not only on the children of the refugee camp in Jenin, but also on TV viewers around the world.
Perhaps the Israel artillery and war planes were showering Gaza with candy, not White Phosphorus!!!
This is probably the main message the organizers of the Jenin-Tel Aviv tour wanted to communicate to these miserable kids who are obviously having a hard time recognizing their fathers’ killers.