EDUCACIÓN Y CONTEXTO




     Se sabe que el problema del fracaso escolar se encuentra, en mayor o menor medida, determinado por la composición socioeconómica de las familias de los estudiantes del centro educativo y por ciertas características didácticas y organizativas de los propios centros escolares (Adell, 2002, p. 63). En tal sentido, el fracaso escolar refiere a un fenómeno multifactorial de gran complejidad, puesto que en él inciden una diversidad de variables personales, sociofamiliares y académicas.

     En relación a lo anterior, el contexto social es un elemento decisivo para la construcción de varios factores prioritarios en el funcionamiento académico (Perrenoud, 1990, p. 12), idea ésta que se refuerza con la demostración de que, en la realidad, son numerosas las causas que contribuyen a la relación entre los componentes socioculturales y económicos (sean estos la clase social y/o el nivel económico y cultural) y los resultados educativos (Adell, 2002, p. 72).  Por ende, dichos factores pueden tener repercusiones en el funcionamiento cognitivo y/o en el estilo de socialización parental; por ende, también en el rendimiento educativo.

     Es así que, además, múltiples estudios a su vez relacionan logro académico con integración social de los estudiantes (Tinto, 1989, p. 123). Esto se denota en la medida en que el fracaso escolar se conecta estrechamente con variables de exclusión social, tanto por localizarse vinculado a situaciones socioeconómicas y culturales como por constituir una de las primeras experiencias de rechazo social para el niño, convirtiendo el contexto educativo en un factor de riesgo de futura exclusión social.

     En consecuencia, entre las variables personales más estudiadas, destaca la motivación, relacionándose directamente con el ajuste escolar, pues es posible sugerir que los estudiantes con problemas de rendimiento académico presentan también problemas de motivación (De la fuente, 2002, pp. 72-73).

     En torno a la motivación, es importante destacar que las expectativas del sujeto tienen una estrecha relación con ésta. En este orden de ideas, debe entenderse por expectativas el grupo de creencias que posee un sujeto en derredor de sus posibilidades para el logro de un resultado o la realización de una tarea.

     Llegados a este punto, resulta pertinente subrayar que la motivación impulsa y dirige el alcance exitoso de una meta u objetivo reconocido socialmente, lo que lleva a inferir la simbiosis expectativa-valor. Esto se explica de la siguiente manera: un sujeto se ve subordinado a un conflicto entre dos fuerzas contrapuestas; estas son la motivación de lograr el éxito y la motivación de evitar el fracaso. Todo queda, por ende, sujeto a la expectativa o probabilidad de éxito o fracaso que posea dicho sujeto y del valor del incentivo que la meta tenga para él (Cabrera, Bethencourt, Álvarez y González, 2006, p. 179).

      Las consideraciones precedentes son relevantes ya que, aunque la motivación y las expectativas académicas son factores personales e internos, no se puede desconocer el papel que el ambiente externo tiene en ellos. De ahí la pertinencia al considerarlos como factores psicosociales.

     Finalmente, el contexto socio-cultural, la motivación académica y las expectativas del logro son factores demostradamente asociados al fracaso escolar.

     De acuerdo con lo que se ha precisado hasta este momento, estas líneas exploran de una manera más o menos general la relación entre las expectativas y la motivación académicas de los estudiantes (ambos factores psicosociales), el rendimiento escolar y el contexto sociocultural de sus familias.

     Efectivamente, se puede señalar que las variables socio-culturales se asocian al rendimiento académico; y la motivación académica junto a las expectativas al logro se asocian al rendimiento académico.

REFERENCIAS BIBLIOHEMEROGRÁFICAS

Adell, M.A. (2002): Estrategias para mejorar el rendimiento académicos de los adolescentes. Madrid: Pirámide.

Cabrera, L., Bethencourt; J., Álvarez, P. y González, M. (2006). El problema del abandono de los estudios universitarios. RELIEVE: Revista Electrónica de Investigación y Evaluación Educativa, 12 (2), pp. 171-203.

De la Fuente, J. (2002). Perspectivas recientes en el estudio de la motivación: La teoría de la orientación de la meta. Escritos de Psicología, 6, pp. 72- 84.

Perrenoud, Ph. (1990). La construcción del éxito y del fracaso escolar. Madrid, Morata.

Tinto, V. (1989). Definir la deserción: una cuestión de perspectivas. ANUIES: Revista de Educación Superior, 18 (3).
Posted on 9:09 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »

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