SER Y HACER DE LA CIENCIA




     Resulta importante observar en cierta medida aquello que más o menos marca la popularización de la ciencia. Ello, debido a que es un punto de referencia en la adopción de una cultura científica, pues propende a incrementar el interés de la gente. En este sentido, se puede generar una actitud dinámica frente a ella.

     Ahora bien, hablar de la idea de la popularización de la ciencia es viable en virtud de la existencia de una ciencia susceptible de ser popularizada. En función de esto es que se conecta a la revolución científica como el origen de la popularización. La razón estriba en que en esta época  no sólo se establecen los fundamentos conceptuales sino también los institucionales de la ciencia moderna.

     El inicio de la ciencia moderna estuvo marcado por la idea del conocimiento como algo restringido a un grupo de privilegiados, debido a la presencia dominante de la iglesia y su ideología. Así, la famosa frase de Copérnico: “las matemáticas están hechas para los matemáticos”.

     No obstante, para el siglo XVII aparecen en Inglaterra y Francia diversos ciertos movimientos orientados a la difusión de descubrimientos, aún cuando, a pesar de la tónica de la Ilustración, sentenciaba Voltaire que “la educación superior no está hecha para los zapateros o las criadas”. Es así que el siglo XVIII se caracterizó por el auge del pensamiento sobre el hombre: su condición social y moral. Por ello se considera importante la ciencia en tanto pueda servir a la ciencia social, enfatizado en esa concepción de igualdad que reforzó la idea de popularización dela ciencia, sintetizada en la publicación de la Enciclopedia.

     Ya para el siglo XIX, las nuevas disciplinas comenzaron a construir su propio campo de estudio, como la biología, la geología, la química, entre otras. Además, se dio la inclusión de la ciencia en los currículos escolares, las publicaciones científicas, la institucionalización de conferencias científicas, la ampliación del publico científico. El resultado de esto fue que no solamente las clases sociales altas hacían ciencia, a la par de la introducción de la idea de la ciencia para el progreso.

     En el siglo XX, se dan profundos cambios en la idea de hacer ciencia. A partir de la Segunda Guerra Mundial se da la unión entre ciencia y sociedad, o, mejor dicho, entre ciencia y Estado. Esto se traduce en que la sociedad apoya a la ciencia de manera irrestricta y la ciencia ofrece resultados importantes para la salud, seguridad nacional, empleo, entre otros. Y es que al surgir las grandes inversiones en el desarrollo científico, la industria científica propiamente dicha se maneja conforme a los modelos industriales y militares. En este punto, por ende, se presentan nuevos valores de la ciencia, enmarcados en una tipología política, secreta, de lealtad, disciplina e, incluso, patriotismo.  La popularización científica se vio marcada, por ejemplo, por el lanzamiento del Sputnik y la aparición de noticias de ciencia en diferentes medios de comunicación.

     Como se observa, en lo que atañe a la ciencia, los cambios de ésta en concepción, práctica y popularización, tiene que ver, en la medida que la determina, con el cambio de paradigma.

     En tal sentido, el paradigma es un modelo o ejemplo a seguir, por una comunidad científica, en torno a los problemas que tiene que resolver y el modo en cómo se van a dar las soluciones (Pires, 1998, p. 63). Así, un paradigma comporta una especial manera de entender el mundo, explicarlo y manipularlo. Tal y como señala Kuhn, estos modelos son “realizaciones científicasuniversalmente reconocidas que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos deproblemas y soluciones a una comunidad científica” (citado por Lara, 2007, p. 102). Por ende, este paradigma ofrece al que lo sigue una base de afirmaciones teóricas y conceptuales, un cierto acuerdo entre los problemas urgentes a resolver, unas técnicas de experimentación concretas, unos supuestos metafísicos que encuadran y dirigen la investigación y sobre losque no hay ninguna duda aunque sean incomprobables.

     En consecuencia, se debe señalar que la ciencia normal es la que hacen los científicos habitualmente cuando indagan acerca de la naturalezay resuelven los problemas que más urgentemente se les presentan, apoyados en unparadigma que no es puesto en duda. Por ende, la ciencia normal apura y perfila el campo de la investigación por mediode la articulación de las teorías y del paradigma mismo, facilitando la unión entre los hechos y las predicciones de la teoría. No obstante, la investigación nunca se presenta de esta manera ya quesiempre surgen problemas extraordinarios que no concuerdan con estos presupuestos.

     A estos resultados y problemas no previstos por el científico, Kuhn los denominóenigmas.Un enigma puede tener una solución,varias o ninguna, y el profesional debe poner a prueba sus conocimientos y su ingeniopara resolverlo. Por ello, el paradigma debe capacitar a una comunidad científica para laresolución de enigmas mediante un compromiso teórico, conceptual, instrumental ymetodológico.

     Estos compromisos generan una serie de reglas para ordenar el mundo y resolverproblemas y enigmas, pero estas reglas serán siempre posteriores al paradigma ysuministradas por él. Las ciencias se rigen siempre por paradigmas y las comunidades científicas no tienen porqué necesitar de un completo conjunto de reglas ya quedesde el punto de vista teórico no se necesitan, aunque en la práctica sí se utilicen.

      Precisamente, cuando más se necesita un conjunto de reglas es cuando la cienciaentra en un período de crisis. En esos momentos la confianza en el paradigma sedeteriora y se espera el número de reglas para vencer un poco la inseguridadcreciente. Aunque los paradigmas no son productores de novedades fácticas oteóricas, sin embargo, surgen teorías completamente nuevas que hacen desaparecerel modelo anterior.

     Entre los distintos paradigmas, destacan el paradigma positivista, que tiene por características esenciales el hecho de que la realidad poseeexistencia objetiva y está sujeta a leyes y un orden propio, el investigador adopta una posición distante respecto del objeto queinvestiga, hay una orientación hipotética-deductiva.

     El paradigma naturalista destaca que no existe una realidad objetiva e independiente de sucomprensión y conceptualización, el proceso de la investigación incorporanecesariamente los valores (subjetividad) del investigador, el proceso de investigación supone una comunión e identidad entre sujeto yobjeto.

     Por último, el paradigma sociocrítico establece que la realidad esconstruida intersubjetiva, social y experiencialmente, el conocimiento es un proceso constructivo de comprensión crítica yacción sobre la realidad, la metodología es dialógica y participativa y el investigador es un colectivo participativo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Pires, A. (1998). Los objetivos de la ciencia. Buenos Aires: Nueva Visión.

Lara, S. (2007). De lo empírico. México: FCE.

Posted on 9:05 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »

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