UN PERRO


La suavidad de una mirada que se transforma en la caricia
sinuosa de la llamada lealtad,
bajo el pueril aroma de su orín,
vuelca la libertad de la palabra
–mágica sucesión de símbolos,
vana imitación de la cosa primigenia.
Ya lo pasado se encadena, se desplaza,
ocupa y construye este ahora.
“Ahora”, presente legado, lesionado,
fiel a la cifra indescifrable que rige mi destino
–la cifra final de soles y de lunas que confiere el punto último que me espera.
“Ahora” continuo y paralelo
al silencio de pasos que concede el sueño,
como la sed en la garganta
a ras del ardor del fuego.
Sostiene el hambre del mundo en su minúsculo estómago hendido.
Sostiene la sed, el cansancio,
la tristeza, la soledad, el reflejo
de la inclemencia del dios que lo creó.
Sostiene el desprecio.
Sostiene la masturbada lujuria de la noche.
Sostiene la llaga y las moscas que pululan henchidas de satisfacción.
Sostiene estas líneas.
Sostiene, acaso, aquello que justifica mi vida ante los hombres.
Posted on 8:38 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »

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