EL ARRASADO


Queda la imagen del guerrero
que avanza furibundo,
que abandona el aire
caliente y pesado por el polvo,
y que es un punto... ya distante, ya horizonte.
Queda el pueblo arrasado por los hombres
que fueron, por un momento,
dioses y demonios, y que violaron
la complejidad secreta
de un ámbito reducido y laborioso.
Se alejan y al sol atacan;
huye el sol, la noche aplasta.
Quedo y soy la miseria grande
del hombre: ulterior polvo,
del llanto: ardor presente,
del tiempo: inexhausto sueño...
Quedo aquí con la memoria
que el campo otorga, que la noche abrasa;
quedo aquí, solitario,
sin que me recoja la Historia.
Posted on 3:22 p.m. by Musa Ammar Majad and filed under | 0 Comments »

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