CAZAR FOCAS ES IGUAL A CAZAR ALCES


Fue en el 2004 cuando se comenzó a ofertar una novedad en los paquetes vacacionales. Lo último en diversión vacacional estaba destinado para aquellos turistas aburridos de los fines de semana de supervivencia SAS, del trekking en el Antártico y de vuelos espaciales con Richard Branson. El paquete no era otro que volar a Noruega y disparar a las crías de foca.
De nada vale la ira de los grupos de defensa de los derechos de los animales. El gobierno noruego propone así lograr ampliar la caza anual de focas. El objetivo es aumentar dramáticamente el número de muertes de focas, a quienes los pescadores culpan de devastar las reservas marinas del Mar del Norte.
Al respecto, son esclarecedoras las palabras de Paul Watson, fundador y presidente del grupo radical Sea Shepherd: “Matar una cría de foca es lo más fácil del mundo si se tienen inclinaciones sádicas; verdaderamente, no se puede decir que sea ningún tipo de deporte; el animal está completamente indefenso”.
La expansión de la caza de focas en Noruega entró en vigor tras la intensa presión ejercida por los pescadores, quienes afirmaban que la gran población de focas del país no sólo estaba acabando con el bacalao y otras reservas pesqueras sino que también estaba infectando otras formas de vida marina con sus parásitos.
Las compañías ofrecen paquetes vacacionales tanto a expertos cazadores como a principiantes. Algunas manifiestan una garantía por cuatro días de vacaciones para los turistas: dos focas muertas. Imposible no matarlas: son un blanco extático. Páginas Web de empresas turísticas muestran fotos de cazadores posando con sus presas, a la vez que ofertan viajes que incluyen alojamiento, comida y ayuda para trocear y conservar cadáveres de focas. Y es que ofrecen hasta entrenamiento para principiantes.
Los cazadores de focas profesionales han utilizado tradicionalmente porras para matarlas; sin embargo, las compañías turísticas se aseguran de proveer con rifles a los atrevidos turistas.
Los activistas por los derechos de los animales y los grupos conservacionistas temen que las indefensas crías de foca se conviertan en un blanco fácil para los turistas. También advierten que las focas corren el peligro de ser diezmadas por una caza intensiva. La caza de focas ha sido una tradición en Noruega durante miles de años, pero ha disminuido en los últimos tiempos, situándose casi en la mitad de los mil doscientos ejemplares que se solía matar anualmente. A pesar de ello, la presión de los pescadores hizo aumentar el contingente hasta más de dos mil hace un par de años.
La idea de incluir a turistas en una práctica que, hasta este momento, estaba restringida a expertos locales, está diseñada para ayudar a alcanzar esa cuota.
En algún momento, al anunciar el plan, el Ministro de Pesca noruego declaró que cazar focas no era distinto a cazar alces. Frase célebre para los anales de la ironía. Al menos la caza de focas deja algo.
Posted on 7:22 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under , | 0 Comments »

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