NO ES KAFKA

La noticia del descubrimiento que Erwin Rothschild, al sur de Berlín, hizo de los cuadros de Selomó llegó a los medios con fotografías del viejo ático que los había empolvado. Los entendidos explicaron que el Tercer Reich los había conservado por el mismo motivo por el que no destruían las pinturas de Picasso, Cézanne o Dalí. Conservaban obras de vanguardia, decían, para cambiarlas en París y Suiza por arte sano, de carácter ario. Las consecuencias no se dejaron esperar. Cotizaciones de millones de dólares, libras y marcos, obras en museos de capitales del arte, una Fundación Selomó en Praga, artículos de investigadores dados a desentrañar los secretos del artista checo de origen judío, interesados todos en enfatizar las analogías con Kafka.
Ya residenciado en Praga y como director de la Fundación Selomó, Rothschild leyó un artículo de la revista Muybridge. Constant Kirkuk transcribía una carta fechada en 1943. Era la descripción de un cuadro no pintado. La rúbrica provenía del despacho principal del Tercer Reich.
Rothschild fue a la biblioteca de la Fundación y repasó el diario de Selomó (único documento conservado del artista) que, minutos después, sería cenizas.
Posted on 10:14 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under , | 0 Comments »

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