DÉCADA DE 1930: ESTADOS UNIDOS Y LOS EXPERIMENTOS CON HUMANOS


1931

El Dr Cornelius Rhoads, bajo los auspicios del Instituto Rockefeller para Investigaciones Médicas, infecta a sujetos humanos con células cancerígenas. Mas tarde, establece las instalaciones del Departamento de Guerra Biológica del ejército de los Estados Unidos en Maryland, Utah y Panamá y es llamado a colaborar en la Comisión de Energía Atómica. Mientras se encuentra allí, comienza una serie de experimentos que involucran la exposición de soldados americanos y pacientes civiles hospitalizados a los efectos de la radiación.

1932

El Experimento Tuskegee comienza. A 399 hombres afroamericanos diagnosticados con sífilis no se les informa de su padecimiento, se les niega tratamiento y, en su lugar, son usados como conejillos de indias con el objetivo de estudiar la evolución natural y los síntomas de la enfermedad. Todos murieron en consecuencia por los efectos de la sífilis. Nunca se les dijo a sus familiares que podían ser tratados.

1935

Después de que un número no determinado de seres humanos murieran por los efectos de la Pelagra en el lapso de dos décadas, el Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos finalmente actúa para detener la enfermedad. El director de la Agencia admite que se sabía desde hacía veinte años que la Pelagra es causada por la deficiencia de Niacina, pero que no se actúo rápidamente debido a que la mayor parte de las muertes ocurrían en poblaciones afroamericanas azotadas por la pobreza.


1936

Después de que en 1931, Japón ocupara todo el nordeste de China, en 1936 entra en operación la “Unidad de Prevención Epidémica y Purificación de Agua del Ejército de Kuantung”, que mas tarde sería conocida simplemente como Unidad 731. Este gigantesco complejo de edificios de más de seis kilómetros cuadrados de extensión (contaba con mas de ciento cincuenta edificios y era el centro de investigación de armas biológicas mas grande del mundo) era en realidad una unidad militar secreta de experimentación médica comandada por la Armada Imperial Japonesa. Entre las atrocidades que realizaron los médicos japoneses (comandados por el Dr. Shiro Ishii), desde la inauguración de la Unidad, hasta su cierre en 1945, se encuentra la realización de extensas vivisecciones sin el empleo de agentes anestésicos, exposición de prisioneros a la explosión de granadas y a lanzallamas con el objetivo de desarrollar mejores procedimientos terapéuticos para las heridas de los soldados japoneses, privación de comida y agua, exposición a dosis letales de rayos X, quemaduras eléctricas, grandes presiones, bajas temperaturas y fuerzas centrífugas, inyección de sangre de animales y burbujas de aire a los sujetos de experimentación, envenenamiento de las fuentes locales de agua potable con agentes químicos e infecciosos, así como la exposición de miles de seres humanos a la peste bubónica, viruela, cólera, botulismo, ántrax, tifoidea y disentería, como parte de las actividades de investigación química y bacteriológica del ejército japonés.
La Unidad 731 fue solo uno de los veintiséis laboratorios similares que Japón instalo en China durante la ocupación. Muchos de los científicos involucrados en la Unidad 731 prosiguieron exitosamente sus carreras después de que ésta cesó sus operaciones al finalizar la Segunda Guerra Mundial. En 1946, el gobierno de los Estados Unidos les ofreció amnistía y garantías de no ser procesados a cambio de intercambiar información. Se calcula que entre 3.000 y 200.000 chinos, coreanos y mongoles murieron directa o indirectamente a causa de los experimentos de la Unidad 731.
Posted on 11:28 a.m. by Musa Ammar Majad and filed under , , | 0 Comments »

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